Estrés térmico en el trabajo

El estrés térmico en el trabajo se ha perfilado como un importante riesgo para la salud de los empleados que hay que controlar.

¿Qué es el estrés térmico en el trabajo y cómo afecta a los empleados?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la temperatura ambiente más adecuada para el organismo está entre 18º y 24 °C, porque así al cuerpo le resulta más sencillo mantener su temperatura óptima, que está entre 36º y 37 °C.

El estrés térmico se produce cuando el cuerpo sufre un desajuste de temperatura, por acumulación o pérdida excesiva de valor.

Estrés térmico en el trabajo

Estrés térmico por calor

Cuando el cuerpo humano está expuesto a condiciones ambientales, actividad física o ropa o equipos de protección que elevan la temperatura corporal, se produce una sobrecarga fisiológica. Es entonces cuando aparecen la sudoración y la vasodilatación periférica.

Pero si estas herramientas naturales para disipar el calor no son efectivas, la temperatura corporal puede llegar a elevarse por encima de los 38 °C, lo que supone un riesgo serio para la salud. A partir de los 40,5 °C el estrés térmico puede llegar a ser irreversible y provocar la muerte de quien lo padece.

Estrés térmico por frío

Aparece cuando el trabajo se desarrolla en un ambiente en el que las temperaturas son muy bajas. En este caso, las cifras de referencia dependen mucho del tipo de actividad realizada y de las condiciones individuales. Seguramente, con una temperatura de 12 °C será mayor el estrés térmico de un empleado que está sentado en una oficina que el de otro que está en la calle realizando una actividad que implica un movimiento constante.

El estrés térmico por frío es menos común en España que el estrés térmico por calor, pero también es un riesgo. Porque puede provocar problemas respiratorios, de circulación y, en los casos más graves, hipotermia y congelación de las extremidades u otras partes del cuerpo.

Principales causas del estrés térmico en el entorno laboral

El estrés térmico por calor suele estar generado por:

  • Una alta temperatura ambiental. Ya sea de forma natural (como ocurre en verano) o artificial (por ejemplo, si se trabaja en un alto horno).
  • Una alta humedad relativa, porque reduce la eficacia que tiene la sudoración para enfriar el cuerpo.
  • Falta de ventilación o de circulación de aire en el lugar de trabajo.
  • Radiación solar recibida de forma directa, lo que es común en los trabajos al aire libre.
  • Uso de equipos de protección o de ropa que impide la disipación del calor.
  • Realizar un trabajo físico intenso, ya que esto aumenta la producción interna de calor corporal.

El estrés térmico por frío lo puede generar:

  • Condiciones ambientales frías. Ya sea por estar trabajando en el exterior o en espacios interiores que requieren de una temperatura fría, como las naves industriales en las que se manipulan productos refrigerados.
  • Vientos fuertes que aumentan la pérdida de calor.
  • Humedad ambiental o trabajar con ropa mojada.
  • Realizar un trabajo estático en un ambiente frío.
  • Uso de ropa inadecuada que no ayuda a retener el calor corporal.

¿Cómo prevenir el estrés térmico en el trabajo?: medidas efectivas

La prevención se tiene que abordar desde una perspectiva integral, combinando medidas técnicas, organizativas y personales.

Lo primero es llevar a cabo una evaluación de los riesgos térmicos, considerando la carga térmica que soporta cada puesto de trabajo. En el caso concreto del calor hay que adaptar los horarios de trabajo, evitando las horas en las que las temperaturas son más elevadas.

Otra forma efectiva de prevención es hacer descansos frecuentes en zonas con una temperatura más confortable y garantizar una buena hidratación.

Además, los trabajadores deben usar ropa adecuada para el ambiente en el que están trabajando. Si es al aire libre cuando hace calor, tiene que ser ligera y transpirable. Mientras que si es en lugares muy fríos tienen que ser prendas técnicas y térmicas.

Una medida preventiva esencial es capacitar a los trabajadores para que sean capaces de detectar los primeros síntomas de que el estrés térmico está impactando en su salud o en la de sus compañeros y actuar con la máxima rapidez.

La tecnología también resulta de gran ayuda. Un monitor de estrés térmico es esencial para tener la seguridad de que se está trabajando en un entorno que no supone un riesgo desde el punto de vista de la temperatura.

Consecuencias del estrés térmico en la salud de los trabajadores. ¿Cuáles son los síntomas del estrés térmico?

Los síntomas y las consecuencias varían según si se está expuesto al calor o al frío:

Síntomas y consecuencias del estrés térmico por calor

Los síntomas incluyen:

  • Sudoración excesiva y piel seca y caliente al tacto.
  • Mareos, dolor de cabeza y náuseas.
  • Pulso rápido.
  • Debilidad general.
  • Confusión mental, fatiga y pérdida de conciencia en los casos más graves.

Las consecuencias que pueden darse:

  • Calambres y erupciones causadas por el sudor.
  • Deshidratación severa.
  • Agotamiento térmico que se manifiesta a través de náuseas, debilidad y sudoración intensa.
  • Golpe de calor. Es un estado crítico de fiebre elevada que lleva a la pérdida de conciencia y supone un riesgo para la vida.

Síntomas y consecuencias del estrés térmico por frío

Los síntomas incluyen:

  • Temblores involuntarios y persistentes.
  • Piel fría, pálida o amoratada.
  • Entumecimiento de las extremidades.
  • Descoordinación en los movimientos y lentitud para hablar o moverse.
  • Sensación de confusión o somnolencia.

Las consecuencias son:

  • Fatiga por el frío.
  • Fenómeno de Raynaud que se manifiesta con palidez y dolor en las extremidades por la contracción de los vasos sanguíneos.
  • Congelaciones en los tejidos expuestos al frío.
  • Hipotermia en los casos más graves.

Normativa y recomendaciones oficiales sobre estrés térmico en el trabajo

El estrés térmico se regula en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Es el Real Decreto 486/1997 el que establece las condiciones mínimas de temperatura en los lugares de trabajo. Además, en 2023 se reforzaron las recomendaciones específicas ante las olas de calor.

El INSST aporta criterios técnicos como la NTP 922 orientada al calor, pero hay otras notas y guías preventivas relativas al frío extremo.

También hay que tener en cuenta normativas internacionales como la ISO 7240 para el calor y la ISO 15743 para el frío. Ambas sirven para identificar y controlar los riesgos.

El estrés térmico en el trabajo es un riesgo para la salud de los trabajadores que hay que intentar evitar en la medida de lo posible. Si necesitas ayuda con este tema, contacta con Casella y nosotros te ayudaremos.

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